La ansiedad es un mal que por desgracia nos ataca sin previo aviso y que a menudo es difícil de detectar si nunca antes hemos experimentado un problema agudo de esta índole. Saber cuándo estamos sufriendo de ansiedad o cuando, por ejemplo, nos está dando un ataque de pánico no es sencillo y hay incluso quien confunde los síntomas de estas problemáticas relacionadas con la salud mental con cuestiones de otra orden y que tienen que ver con otro tipo de enfermedades de naturaleza cardiaca.
Hoy en nuestra entrada del blog vamos a comentar las diferencias que hay entre un ataque de ansiedad y un ataque de pánico para que, si tiene la mala fortuna de pasar por un problema de estos, sepa qué es lo que le está pasando y cómo puede afrontar la situación. En todo caso, siempre es positivo y recomendable buscar ayuda profesional y en el Centro de Psicología Jano García Trabado podemos ayudarle en cuestiones como la ansiedad y la depresión.
Ataques de ansiedad
Todos hemos sufrido algún ataque de ansiedad a lo largo de nuestras vidas, el nivel de esta ansiedad y la frecuencia de estos ataques son lo que dictamina la gravedad del asunto o el hecho de que sea necesario buscar ayuda psicológica. Lo cierto es que hay un porcentaje cercano al 5% de la población que sufre de ansiedad de una manera más o menos frecuente.
Primero de todo hay que establecer una distinción entre sentirse ansioso y tener ansiedad. Una persona puede sentirse ansiosa por cuestiones puntuales como un examen, una entrevista de trabajo o un acontecimiento importante en la vida. También hay ansiedades relacionadas con determinadas fobias o situaciones en las que no nos sentimos seguros. Esto es algo lógico y que no nos dificulta llevar una vida normal. El problema es cuando esta situación de ansiedad se prolonga en el tiempo y aparece en situaciones sin aparente peligro o no asociadas en un evento en concreto, sino a nuestra vida diaria.
Los síntomas de la ansiedad se manifiestan de forma que notamos dificultad para respirar, una aceleración inusual del ritmo cardiaco o incluso dolor o presión en el pecho. La ansiedad también puede traer a nuestra mente pensamientos negativos y que nos lleven a un estado de depresión.
Ataques de pánico
Aunque los síntomas físicos anteriormente descritos en un ataque de ansiedad (aceleración del pulso, dificultad para respirar, pensamientos negativos…) también se repiten en los casos de ataques de pánico, estos ataques tienen una naturaleza diferente.
Un ataque de pánico se produce cuando nuestro organismo se siente en verdadero peligro y son ataques puntuales, de mayor o menor duración, pero estacionarios y que responden a una causa puntual y concreta. La ansiedad puede ser persistente y no desaparecer sin un adecuado tratamiento. Por otro lado, los síntomas físicos de un ataque de pánico suelen ser más agudos y que la persona que los está sufriendo note de verdad que se va a morir fruto del ataque porque no le llega el aire a los pulmones o por un infarto. Esto llega al punto en el que, en casos agudos, una persona que sufre de un ataque de pánico requiera directamente de atención médica.
En lo que no se diferencian los ataques de pánico y los ataques de ansiedad es en que ambos casos hablamos de enfermedades del ámbito de la salud mental que pueden y deben ser tratadas con un especialista. En el Centro de psicología de Jano García Trabado podemos tratarle si está pasando por estas dificultades e incluso tenemos abierta la posibilidad de ofrecer consultas online para que poder tratarle desde la comodidad de su hogar. Pida cita.